Nada más salir del aeropuerto el olor a campo y a pureza me invadió. Durante el trayecto en coche miraba a ambos lado de la carretera y siempre veía lo mismo: campo, verde, animales, naturaleza.
Unas vistas difíciles de ver en España.
El clima húmedo, frío, muy frío, con grandes heladas por la noche capaces de congelar la comida que dejas en el coche para guardar en casa al día siguiente. Un frío capaz de hacer que dentro de los bares nos salga vao de la boca al hablar (con la calefacción encendida).
La gente muy diferente, amable, generosa y agradecida. Todos te saludan con un Hola, ¿qué tal?, perdón... lo dicen en inglés Hello, How are you?. Gente que da las gracias por todo, incluso por dejar que te adelanten por la carretera. Gente de otro mundo.
En fin... Irlanda, otro país, otra gente, otra cultura...un mundo diferente, pero de momento...me gusta.
Pd. Sonríe, no cuesta nada.